“Lidiando con lo efímero, transitando el aislamiento y diluyendo las fronteras”

Trabajo presentado en el encuentro virtual: Triángulo OCAL 2020

Realizado el 06 de junio de 2020

Resumen:

Por medio de reflexiones, las autoras exploran los movimientos de las fronteras psíquicas frente a la situación actual de emergencia sanitaria. Mencionan la angustia de muerte que nos confronta como especie, a la vulnerabilidad humana; a lo efímero de nuestro tránsito por la vida. Se cuestionan sobre el aislamiento, como estrategia para resguardar la protección “del extranjero”, pero también como una privación del encuentro y del contacto afectivo. Así mismo, reconocen el cambio en la práctica analítica, con la incorporación del fenómeno virtual; y de la necesidad de pensar en la experiencia de fenómenos como de los “Mundos Superpuestos”, y que amenazan con diluir las fronteras de nuestro encuadre interno. Proponen el psicoanálisis como una vacuna para transitar con la palabra y pensar la realidad, en la singularidad del vínculo; y los beneficios de espacios de intercambio grupal entre colegas, como sostén, así como un disparador para la solidaridad social.

 

Palabras Clave :

Aislamiento – Amenaza – Angustia – Encuadre Psicoanalítico – Efímero – Fronteras – Grupo – Proceso Psicoanalítico – Protección – Vínculo

 

Summary:

Through reflections, the authors explore the movements of the psychic frontiers facing the current situation of health emergency. They mention the anguish of death that confronts us as a specie, to human vulnerability; to the ephemeral nature of our journey through life. They question isolation, as a strategy to safeguard the protection “of the foreigner”, but also as a deprivation of the encounter and affective contact. Likewise, they recognize the change in analytical practice, with the incorporation of the virtual phenomenon; and the need to think about the experience of phenomena such as the “superimposed worlds”, and which threaten to dilute the borders of our internal frame. They propose psychoanalysis as a vaccine to travel with the word and think about reality, in the uniqueness of the bond; and the benefits of group exchange spaces between colleagues, as support, as well as a trigger for social solidarity.

 

Key Words:

Bond- Boundry – Distress – Ephemeral – Group- Isolation – Protection –   Psychoanalytic Process – Psychoanalytic Setting – Threat

De pronto todo paró y todo cambió… la vida frenética y de ensimismamiento que era parte de nuestro día a día se encontró, súbitamente, bajo la amenaza de un virus altamente contagioso. Hoy nos encontramos ante una emergencia sanitaria que nos pone en jaque a todos; pone en jaque las rutinas, la economía, la estabilidad mental y emocional, nos confronta con demonios invisibles tanto del exterior como los que se despiertan poco a poco en nuestro interior. ¿Fronteras? ¿Fronteras en nuestros encuentros con el otro?  ¿Fronteras psíquicas? La situación imprevista y de angustia de muerte nos ubica entre las fronteras de la cordura y la locura, los límites entre la vida y la muerte y nos confronta así, con lo pasajero de nuestro transitar por este mundo, lo efímero y lo fugaz de nuestro recorrido. Todos estamos caminando en este viaje y enfrentamos una misma tormenta, sin embargo, transitamos en barcos distintos y en esta situación universal que nos invade, hay un dragón que ruge con fuerza. Un dragón que trae dentro un fuego intenso que es una mezcla de miedo, ansiedad, incertidumbre, tristeza y desolación.

 

Actualmente, nos hemos tenido que mantener “resguardados” para poder “protegernos” del agente amenazante: “El dragón”, “El extranjero”, “La cosa”, “Lo ominoso”, son algunos de los adjetivos que hemos escuchado en los diferentes encuentros de IPA y FEPAL. Este “agente amenazante” nos amedrenta con la muerte y nos lleva, en consecuencia, a ser “aislados” del mundo exterior en aras de “sobrevivir”; Para el Psicoanálisis, el aislamiento es un mecanismo defensivo en el que el individuo se protege contra un pensamiento, una idea, una acción o un suceso, separándolo del contexto; en otras palabras, la experiencia disruptiva es privada del afecto al ser una amenaza para el individuo, quedándose así “flotando” en el psiquismo y sin la posibilidad de ser tramitada. En la situación disruptiva en la que ahora nos encontramos, es bien cierto que el “aislamiento físico” nos protege del peligro; pero, por otro lado, no podemos negar que nos deja en una soledad que puede llegar a ser intramitable, nos deja sin el contacto corporal, sin las expresiones afectivas a las que estábamos acostumbrados, sin ese encuentro con el otro que impregnaba las palabras acompañándolas por estímulos sensoriales y reacciones corporales. Esta situación de alerta nos tiene “atrapados” en una terrible paradoja: “La cercanía amenaza, pero la lejanía duele en extremo”. Nos vemos forzados a separarnos para protegernos y proteger a los otros del inminente peligro, pero nos privamos también del contacto y de los encuentros como anteriormente los conocíamos.

 

Transitar implica “pasar de un lugar a otro”. Y es así, como este evento nos obligó a pasar del encuentro analítico presencial, del intercambio de miradas, gestos, movimientos, cadencias, olores, sensaciones y ritmos humanos, a un encuentro en el que intentamos descifrar lo humano mediante el filtro de algún dispositivo. Esta circunstancia ha significado un parteaguas en nuestra práctica, la pandemia y el “aislamiento forzado” nos ha obligado a repensar lo anteriormente establecido y fijar nuevas formas de trabajo en donde las fronteras con nuestros pacientes se vislumbran diluidas. ¿Cómo mantener la asimetría cuando ambos, analista y paciente nos encontramos en “mundos superpuestos” (Puget, 1982)? Nuestras fronteras analíticas se diluyeron, nuestro tan estudiado encuadre psicoanalítico ha mutado de forma. Se diluye dicha asimetría con los pacientes, estamos impactados por los mismos afectos: el miedo y la vulnerabilidad. Esta situación nos ha llevado a establecer ahora marcos diferentes, empezando por adaptar nuestros encuentros a través de la pantalla de diversos dispositvos, la nueva forma de encuadre “impuesto” por la realidad que enfrentamos, nos ha generado inquietud, tratamos de compensar nuestra ausencia física, intervenimos de mas o de menos; en ocasiones, nos encontramos interrumpiendo los silencios para asegurarnos que el paciente nos escucha, lidiamos con las fallas del internet, con la comunicación “entrecortada”.

 

El marco psicoanalítico cambió, estábamos acostumbrados a que el paciente nos “presentaba” su mundo y a sus objetos durante los encuentros en el consultorio, ese lugar neutral donde nos describía la realidad tal y como él la percibía. El tiempo en el consultorio, quedó atrás de manera temporal. Hoy en día existe un marco diferente: los encuentros en el consultorio se tuvieron que adaptar, ahora entramos a sus rincones más íntimos, estamos dentro de sus recámaras, en su casa y con sus familias, y es prudente resaltar que ellos también entran a nuestros espacios personales. La intimidad que se reservaba al espacio analítico, ahora ha traspasado “fronteras”. Ambos, nos enfrentamos a la sensación de “invasión” e “intromisión”, despertando diversas fantasías en cada encuentro. Esta experiencia, cobra diferentes significados para la pareja analítica. La subjetividad hace referencia a la singularidad humana y por tanto, a la relación única que se gesta en cada encuentro con nuestros pacientes, con su historia y nuestra propia historia, con la transferencia y la contratransferencia que se intensifican por esta nueva circunstancia.

 

De acuerdo a lo anterior, no nos cabe la menor duda de que existe el psicoanálisis a distancia y que el encuadre se ha modificado; Hoy, conceptos como asimetría, neutralidad, abstinencia y encuadre están siendo enriquecidos gracias al choque que la realidad presente nos ha impuesto; y si bien, la humanidad se ha rehabilitado de otras pandemias, estamos también en un momento privilegiado de la historia, en el que podemos reunirnos para intentar pensar esto que nos acontece a todos, sin excepción. Como psicoanalistas, estamos descifrando con cada paciente, la singularidad del impacto de esto disruptivo, de este “extranjero invasor” que ha traspasado las fronteras y que vino a instalarse indefinidamente en nuestras vidas. Hoy más que nunca se pone en juego la probabilidad de que se diluya la frontera entre la cordura y la locura, lo certero y lo incierto, lo controlable y lo incontrolable, el encuadre y el no-encuadre.

 

Así es como esta nueva “normalidad” en la que un virus es “el extranjero” que traspasa a diestra y siniestra las fronteras, nos ha llevado a enfrentarnos con uno de nuestros mas grandes desafíos como analistas en formación: Confrontarnos con nuestros propios límites psíquicos y físicos. Nuestros límites en la labor psicoanalítica para conservar el encuadre interno, y nuestras limitantes para aceptar la falta de control ante la enfermedad y la muerte, ya que, aunque “convivíamos” diario con la innegable realidad de que la muerte es universal; este “extranjero” nos obligó, de forma abrupta, a pensar en nuestra propia finitud y la finitud de los que amamos. Este “extranjero” que llegó a recordarnos que el viaje tiene un principio y un final, que nada es para siempre y que “siempre” es una palabra que carece de sentido cuando somos confrontados por lo efímero de nuestro andar. Nos enseñó a confrontarnos con la añoranza de lo que fue y el duelo de lo que no volverá a ser, a entender que, el momento es hoy y que eso es lo que hoy tenemos. Nuestra historia esta en constante cambio y transición, estamos en el camino, andando, sin saber cuando llegaremos al final de nuestro transitar, y es en esa conciencia de lo efímero que la vida cobra sentido: el sentido de saberse vivo.

 

Por lo anterior, nos damos cuenta de la importancia que tiene hoy en día, poder tener encuentros “virtuales” para “acortar” la distancia con los otros, estrechar los vínculos, contar con espacios de contención y de análisis, aún a pesar de las circunstancias. Pensamos que el Psicoanálisis puede ser una especie de “vacuna” para prevenir los desórdenes mentales y atravesar este camino a través de esa esencia que lo caracteriza: la posibilidad de pensar la realidad, reimaginarnos las relaciones humanas y reinventarnos los encuentros: dar sentido, conectar y entonces actuar, estrechando los vínculos. Esta “vacuna” y estos “encuentros” que nos abren la posibilidad de crear, aún en medio de la adversidad, y favorecer así, la capacidad de ser “resilientes”. En palabras de Julio Cortázar: “Nada está perdido, si se tiene el valor de proclamar que todo está perdido y empezar de nuevo…”

 

En una última reflexión y pensando en la función de “reverié”, encontramos que, han sido los grupos, el clan, el soporte de nuestra comunidad, los encuentros entre colegas y nuestros propios procesos analíticos los que han funcionado como contenedor para nuestras angustias, nos han sostenido y nos ayudan a continuar con nuestra labor. Es el vínculo que se gesta entre colegas y la certeza de la eficacia de la herramienta psicoanalítica lo que ha permitido que, entre encuentros y desencuentros, estemos transitando el aislamiento y moviendo nuestros límites y fronteras. No cabe duda que parte de la “magia” del psicoanálisis es tener la posibilidad de elaborar y poder poner palabras a los sucesos, actos y situaciones que se despiertan ante la realidad interna y externa; de tal forma, que una situación “aparentemente” limitante, paradójicamente, también está abriendo nuevas fronteras para repensar al psicoanálisis como un disparador que fomente la solidaridad y la preocupación por el otro como valor social. Cuidar-nos y cuidar al otro, pensar-nos y pensar al otro, se convierte hoy en una prioridad, que mas que un acto “heroico”, se vuelve un acto “yoico” de atención y cuidado mutuo entre individuos y sociedades.

BIBLIOGRAFIA:

 

RESUMEN CURRICULAR:

González-Polo Vázquez, Gabriela

Formación Psicoanalítica por AMPIEP

Maestría en Investigación Psicoanalítica por AMPIEP

Especialidad en Tanatología

Licenciatura en Psicología por la UFRAM

Consulta privada de adolescentes y adultos. Análisis a distancia

Docente y coordinador del Diplomado de Tanatología en UFRAM

 

Landeros Almaraz, Gloriani

Formación Psicoanalítica por AMPIEP

Maestra en Investigación psicoanalítica por AMPIEP

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la UIA

Consulta Privada de adolescentes y adultos. Análisis a distancia

 

Maldonado Martínez, Diana María

Formación Psicoanalítica y Miembro Adherente por AMPIEP

Maestra en Psicología Clínica y Psicoterapia por la Universidad Anáhuac del Norte

Licenciatura en Psicología en Universidad Anáhuac del Norte

Consulta privada individual de niños, adolescentes y adultos. Análisis a distancia

 

Maldonado Ponce, Susana

Licenciada en Psicología por la Universidad Anáhuac México Norte

Maestra en Investigación Psicoanalítica por AMPIEP

Formación Psicoanalítica y Miembro Adherente por AMPIEP

Consulta privada en psicoterapia psicoanalítica y psicoanálisis con niños, adolescentes y adultos

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